CAPÍTULO 27. ESPECIAL KAI. NO PUEDO.

468737475_d631003fff

No podía hacerme a la idea de que se había ido. Había convivido y tratado a Luka toda mi vida como a un hermano. Desde muy pequeño, se había convertido en mi prioridad para cuidar y más a raíz de lo que había pasado con Hiro.

Cuando Hiro apareció de nuevo en mi vida, había aumentado mi número de hermano a dos. Ya que desde aquel día que Luka vino llorando a mi cuarto, asustado por el ruido de la tormenta, había decidido convertirlo en mi familia y darle mi protección.

Aunque obviamente él hace lo mismo por mí siempre… Bueno… Hacía… No podía ni pararme a pensarlo. Sabía que la vida que llevábamos no era como para querer vivir para siempre, tener una linda familia y estar tranquilo hasta la muerte. Tenía una linda familia, eso sí. Amaba a Rick y pronto conseguiríamos la adopción de un lindo bebé. Eso daría algo de sentido en estos momentos.

Era algo que ayudaba. Cristian estaba hecho polvo pero el tener dos bebés le iba a dar la vida para seguir adelante. Para tener nuevas alegrías. Ahora lo único que yo tenía que pudiese darme apoyo era Rick. Que obviamente me lo brindaba y lo amaba con todo mi corazón. Pero siempre había sido una persona muy despegada en parte y por eso en estos momentos quería estar solo.

Menos mal Rick entendía esa parte y me había dejado mi espacio.

-Hola…-Hablando del rey de roma… Bueno, más bien pensando. Rick entró al cuarto y me dedicó una pequeña sonrisa cansada.

-Hola- Le sonreí y le hice un hueco en la cama.

-¿Cómo te encuentras?- Me preguntó llegando hasta mí y recostándose a mi lado sobre un costado.

-Pues… Perdido la verdad. ¿Y tú?- Se veía cansado.

-Creo tengo fiebre otra vez.- ¿Otra vez? ¿Cuándo había tenido fiebre?

-¿Estás bien?- Le pregunté preocupándome y acercándome a él para comprobar su temperatura. Chasqueé mi lengua. –Estás ardiendo.

Rick asintió con los ojos cerrados y una sonrisa.

-Lo suponía. Siento molestarte pero me gustaría descansar un rato y… Abrazarte.- Me echó pesadamente el brazo por encima, dejándolo caer sobre mí.

-Perdona he estado ausente amor…- Acaricié su cabello. –Déjame voy por algo para tu fiebre.

-No… Prefiero te quedes conmigo y se me pase sola…

-No tardo nada te lo prometo.- Sabía que Rick nunca quería tomarse nada, pero si lo dejaba así la fiebre no se le bajaría y tampoco quería verle mal.

ME levanté de la cama y salí del cuarto. Era un gusto que todas nuestras casas tuviesen cuartos para albergarnos a todos en momentos así. ¿Dónde íbamos a vivir a partir de ahora?

-Kai- Entré a la cocina y fui interrumpido por Leo. Le miré esperando me dijese algo. –El clan quiere hablar contigo.- Resoplé.

-Ahora no, si quieres puedes decirles que se vayan a la mierda de mi parte- Seguí mi camino sin volver a hacer caso a Leo. Agarré un vaso de agua y una caja de pastillas del cajón de los medicamentos y me dirigí de nuevo con Rick lo más rápido que pude.

Sabía que Leo tenía suficiente con mi respuesta, no iba a insistir y ya se las arreglaría para hablar él con el consejo. Nosotros aún teníamos mucho que hacer.

Bueno… No es que yo estuviese haciendo mucho pero lo intentaba.

Volvía  entrar en el cuarto y me acerqué a Rick. Estaba profundamente dormido.

-Traga esto amor- Le susurré levantándolo ligeramente. Él obedeció sin despertar, tragando la pastilla que le ofrecí junto con el agua. Después volví a apoyarlo y lo tapé con la manta que estaba a sus pies.

Me tumbé a su lado y suspiré abrazándolo.

De verdad era un alivio el tenerlo. Sabía que Cris estaba pasándolo mil veces peor que yo. Para mí era mi hermano y lo conocía de más tiempo, pero para él era su mundo. A parte de sus hijos.

Quise volver a llorar, tenía el corazón oprimido. Sin embargo aguanté mis lágrimas y apreté mis puños.

<Toc Toc>

Llamaron a la puerta y llevé mi atención hacia allí. Volvía  suspirar y me levanté para abrirla. Sabía que los chicos no querían interrumpirme pero sería importante si habían venido hasta aquí.

Abrí y me encontré a Leo de nuevo.

-Espero no vengas a decirme que hable con el maldito clan…- Escupí.

-No… Tranquilo. Sabes tampoco quiero hablar con ellos. Por mi se vayan todos a la mierda. Es decir, ya no quiero saber nada. El consejo no ha dicho nada y el clan sólo quiero dar por culo en vez de venir a ayudar por la muerte de su jefe… En fin… Aunque sé que deberemos tener contacto antes o después.

-Lo sé…

-El caso es que venía a ver si me acompañas a ver a Cristian. Quiero saber cómo está…

-Lo sé…- Miré hacia Rick y comprobé que seguía durmiendo.

-¿Cómo se encuentra?

-¿Sabías estaba enfermo?

-Le dije no tenía buena cara y que tenía fiebre y lo mandé a descansar. Pero no quiso tomar nada aunque supongo ya le diste cuando fuiste a la cocina.

-Exacto.

-Se pondrá bien.- Dijo Leo con una pequeña sonrisa.

-Lo sé.- Añadí saliendo del cuarto y cerrando la puerta tras de mí para dar más intimidad. Creo que últimamente contestaba demasiado con esa frase. -¿Tú cómo estás? ¿Irina y los niños?

-Bien, Irina está triste por Cristian, muy triste pero no lo quiere demostrar y pues yo… Sabes para mí esto no es un trabajo o pasión, sois mi familia…

-Obviamente. Todos vosotros sois mi familia.

Nos paramos en frente de la puerta del cuarto de Luka y mi corazón volvió a estrujarse por los recuerdos.

-¿Qué hacemos? No quiere ver a nadie.- La verdad no sé si quería molestarlo, lo entendía muy bien.

-Tiene que hacerlo, hay demasiadas cosas por hacer y él tiene que estar presente. Hay decisiones que no podemos tomar por él…

-Toma todas las que puedas por ahora.- Era injusto darle todo el trabajo a él, yo casi no había hecho nada.- Dije entrando a la habitación con sumo cuidado. Cristian estaba sobre su cama, tal como lo habíamos dejado hace casi ya dos días.

-¿Y qué pasa con JD?

-¿Qué pasa con él?- Cerré cuando Leo entro y le miré.

-Pues no debo ser yo quien le cuente la noticia… Y luego… ¿Va a ir? De hecho, ¿Vendrá Cristian?

-Aunque no quiera tendrá que hacerlo.- Si lo dejábamos metido en su letargo seguramente nos odiaría el resto de su vida por no haber ido al entierro de su marido.

-Tendrá que dar la cara ante el consejo.

-No creo… Más bien la daremos nosotros.- Aunque no quisiese, eso sabía que acabaría haciéndolo. -No creo que sepamos nada de ellos después de esto.- Ojalá nos dejasen libres…

-¿Qué diantres pasó Kai? Estábamos a esto de conseguirlo- Dijo haciendo un gesto con su mano de algo pequeño- Ya estaba todo hecho.

-No quiero hablar de eso…

-Pero no lo entiendo…

-Leo… No… Además, Cristian está escuchando. Está despierto no quiero recordarlo.

-Cris…- Lo llamé. Tan sólo se escuchaba una respiración ajetreada de su parte, pero sabía que estaba despierto.

Noté cómo intentaba moverse y hacía un pequeño ruido. Creo que intentaba hablar.

-Cris…- Volví a llamarle, pero creo no me escuchó.

-Kai.- Dijo con la voz áspera, sin moverse, aun dándome la espalda.

-Cristian- Contesté rápidamente acercándome a él y encontrándome con su cara demacrada por el cansancio -¿Cómo estás?

-¿Necesitas que te revise?- Intervino Leo.

-No Leo, estoy bien gracias.- Cristian sonrió con pesar, por lo menos lo estaba intentando. –Aunque, si me puedes apoyar con alguna pastilla para el dolor.

-Claro, permíteme.- Leo sonrió y se dio la vuelta saliendo de la habitación y dejándonos solos a Cris y a mí. Suspiró y se quedó mirándome, como si estuviese analizando algo.

-¿Cómo te encuentras?- Me preguntó.

-Como tú supongo. No vale decir que estoy acostumbrado a perder gente. Él no es cualquiera.- Le hice saber, aunque ya lo sabía, por eso me había preguntado.

-Era.- corrigió.

-Yo…- De repente sentí muchas ganas de llorar y mis palabras se atascaron en mi garganta. Apreté la mandíbula con fuerza intentando aguantar un sollozo que quería escapar. Si hablaba, me pondría a llorar.

-No creo que sea malo llorar.- Dijo comenzando a hacerlo.

-Mierda…- Estallé en lágrimas al abrir la boca y me tapé la cara sentándome a su lado. Dios… No quería llorar con Cristian, quería ser fuerte para él pero no podía evitarlo. Él era quien más entendía mi dolor.

-¿Qué haremos ahora Kai?- Me preguntó frotándome al espalda.

Como pude, paré de llorar y respiré hondo intentando calmar mis temblores.

-No quiero saber nada del consejo. Tú no te preocupes por nada Cris, a ti y a los niños no os faltará de nada nunca. Me aseguraré de ello.- Solté.

-¿A dónde vamos a ir?- Preguntó con tristeza.

-Venderemos nuestras propiedades y buscaremos una pequeña ciudad en algún país.

-Quiero vivir en España.- Me dijo.

-¿En algún sitio?- Le pregunté. Él se encogió de hombros.

-La verdad me da igual, el primero que aparezca con una noticia bonita.- Sonreí y me froté los ojos eliminando el rastro de mis lágrimas.

-Vamos a estar bien, te lo prometo.

-Todo va a ser muy difícil…- Lo sé…Me dije a mí mismo.

-Pero no estamos solos. Nos tenemos los unos a los otros.

-Ajá…

-Todos sabíamos que algo así podía pasar…- No quise decir eso, pero salió automático.

-Lo sé.- Respondió Cris.

-Nadie esperaba que a Luka. Muchos amigos han muerto pero a los que considero familia siguen aquí. – Seguían…

-Mataron a mi madre… Y  mi madre biológica… Y ahora al amor de mi vida… Sabía que él no era bueno para mí pero… Amaba levantarme por las mañanas y ver su sonrisa. Que me diese un beso y me picase con la barba de dos días. Que me protegiese eternamente incluso de una mosca. Amaba su forma de ser con nuestro hijo. Y como hacía todo por nosotros… Incluso cuando no estaba de acuerdo y pese a mis miles de quejas, él siempre se mantenía firme en qué era lo mejor.

-Sí… aunque… Siempre fue muy cabezota… Tal vez si… Si nos hubiese hecho caso.- Volví a pensarlo y enseguida se me quebró la voz. ¿Cómo podía seguir teniendo lágrimas dentro de mí? En mi vida había llorado así…

-Lo sé… Igual con ayuda nada de esto hubiese pasado.

-Maldito cabezota.- En parte lo odiaba por eso.

-Maldito idiota.- Añadió Cris desahogándose.

-Aun así todos lo amamos.

-Con todo mi corazón… Y hasta que me muera.- Le abracé con fuerza.

-Ahora tienes que ser fuerte.

-Lo sé… ¿Cuánto tiempo llevo aquí encerrado?

-No llega a cuarenta y ocho horas.- Aunque habían sido eternas.

-Pensé había sido una eternidad… Se sintió una eternidad…- Quise sonreír, habíamos pensado lo mismo.

-Lo sé. Para mí también.

-¿Sabes algo de mi hijo?

-Está en el cuarto de al lado, con el resto de niños, Irina y maría.

-Pobre María, tiene el embarazo demasiado avanzado como para estar con tanto ajetreo. Espero no pase nada.

-Todo saldrá bien, y en tan solo un mes tendrás a tu bebita contigo en tus brazos.

-La última cosa que me quedará de Luka.-Suspiró- Espero… Tenga sus ojos.- Dijo con una sonrisa sincera. Creo ni se dio cuenta de que había sonreído.

-¿Quieres te acompañe a ver a James?- Le preguntó, Cristian negó.

-No, tranquilo.- Se acomodó en la cama y se estiró, respiró hondo y se levantó –Voy yo solo.- ME dedicó una pequeña sonrisa y se alejó a arreglarse.

Esperé paciente a que saliese intentando no pensar en nada. Al cabo de unos minutos lo escuché hablar.

-Estoy hecho un desastre.- Miré hacia donde estaba y sonreí, sí lo era pero por lo menos saldría adelante. Saldríamos adelante.

-Lo sé… Estaré aquí cuando termines.- Asintió y salió de la habitación.

Miré en la mesilla de noche, había una foto puesta boca abajo. La levanté y me encontré con la mirada de Luka, sonriendo felizmente junto con James y Cristian. ¿Cómo había podido ser tan cobarde de abandonar a su familia de ese modo? Era increíble que alguien tan inteligente y tan preparado para situaciones extremas como él, hubiese muerto con algo tan fácil como una bomba en un coche. Por dios… Era de película, de manual “Peligros del mafioso 1,0”

-¿Y Cristian?- La voz de Leo me sacó de mi ensoñación y miré a mi espalda.

-Se ha ido a ver a su hijo.

-Qué bueno que ha salido de la cama ¿No?- Asentí, dejé la foto en su sitio y me levanté desganado.

-Y bastante rápido la verdad. Quedé en verle aquí pero no creo que venga pronto.

-Mejor arréglate y ve a ver cómo está Rick. No nos iremos muy tarde para el entierro.

Asentí y le hice caso a Leo. Caminé por el pasillo como un zombi y me metí en mi habitación. Rick seguía durmiendo. ME acerqué hasta la cama y me recosté con él tocándole la frente. Por lo menos parecía que la fiebre se le había bajado.

Cerré los ojos unos minutos y después me dispuse a levantarme. Me arreglé lo más rápido que puse y desperté a Rick.

Lo ayudé con su ropa y me aseguré de que se encontraba bien para ir a un evento de ese tipo, aunque era obvio que aunque estuviese hirviendo vendría, no iba a dejar a su mejor amigo solo.

No hablamos nada durante todo el proceso, las miradas eran suficientes. Cuando terminamos salimos con el resto y esperamos por Cris.

A nadie le gustaba los cementerios, en parte no entendía por qué se tenía que llevar a cabo el proceso. Dicen que es bueno para la salud mental, que enterrar a alguien es la forma que tienen los vivos de seguir adelante psicológicamente.

Mientras todos esperábamos esas cuarenta y ocho horas, nadie había hecho nada para seguir adelante. Deambulábamos por la casa, nos dedicábamos miradas y planeábamos cómo poder afrontar el entierro.

Pero… Después de un entierro es como un borrón y cuenta nueva. Ya lo dejaste ir, ya asumes que se fue. O eso creo.

Suspiré y dejé que las horas pasasen. Cuando me cuenta, ya estábamos volviendo a casa. De nuevo todos en silencio.

Cristian se fue directo a su habitación y ninguno de nosotros dijo nada.

Rick agarró mi mano y me dedicó una pequeña sonrisa en señal de apoyo. Le devolví el gesto y subimos a nuestra habitación en completo silencio.

Al llegar, Rick bostezó y se separó de mí yéndose a tumbar a la cama.

-Ven… Necesitas descansar.- Sonreí, más bien él necesitaba descansar. Tenía un aspecto horrible.

Me quité la chaqueta y fui a su lado, me tumbé con él y toqué su frente.

-No parece tengas fiebre. ¿Cómo te encuentras?

-Muy cansado la verdad. Quiero descansar pero no quiero dejarte solo. Por eso prefiero que nos quedemos aquí abrazados.

-Es un buen plan, puedo hacerlo perfectamente.. Dije abrazándolo por la espalda. Él se acomodó de cucharita pequeña y agarró mis brazos que lo rodeaban.

-Sé que ha sido un día muy difícil para ti. Bueno…unos días. Pero quiero que sepas que estoy aquí para lo que necesites. ¿Vale?- ME dijo sin mirarme.

-Lo sé… No hace falta que lo digas y te lo agradezco mucho.

-Te amo Kai, lo sabes y espero que pronto podamos tener otro integrante en nuestra familia.- Mi corazón dio un vuelco, eso me haría el hombre más feliz del mundo.

-Yo también te amo y también lo espero- Cerré los ojos y lo imaginé por un momento. Sé que acabaría siendo cierto y eso me llenaba de esperanza.

-Kai…- Se escuchó la voz de Cristian al otro lado de la puerta y Rick y yo nos erguimos en la cama. Pensaba estaría encerrado en su cuarto un buen rato.

-Pasa Cris.- Dijo Rick instantáneamente.

Cristian hizo caso y abrió rápidamente la puerta.

-¿Estás bien?- Pregunté. Se le veía alterado.

-Te… mmm- musitó. –Esto… Creo que me estoy volviendo loco.- Sus ojos se llenaron de lágrimas y pensé que iba a ponerse a reír.

-¿Cris?- Me extrañé  me levanté yendo hacia él.

-Lo siento Rick.- Dijo mirando fijamente a su amigo. –Pero… ¿Te puedo robar a Kai un momento?

-Adelante…- Respondió Rick algo confundido. –Pero ¿Estás bien amigo?- La verdad parecía algo tocado Cristian. Este asintió y sonrió.

-Sí o no. No lo sé por eso necesito a Kai ahora.

-Ahora vengo.- Dije yendo hacia el muchacho. Cristian asintió, me agarró del brazo y tiró de mí con rapidez hacia su cuarto.

-¿Cristian?- Dejé que me guiase, pero estaba muy confundido.

Abrió la puerta de su habitación y cerró tras de mí.

-¿Qué te ocurre Cristian?- Pregunté.

-¿Luka?- Dijo mirando hacia todas partes en la obscuridad del cuarto.

-¿Cristian?- Volví a preguntar. ¿Estaba llamando a Luka? Dios… No…

-Luka no me hagas esto por dios que te mato dónde estás.

-Cristian…- Intervine. –Luka no está, está muerto.- Mierda… Había perdido la cabeza.

-No… ¡Luka!- Chilló

-¡Cristian!- Lo agarré de los hombros y lo zarandeé.

-Suéltalo Kai, no está loco.- Escuché una voz muy conocida para mí y miré hacia la puerta del baño con el corazón en un puño. La puerta terminó de abrirse y conocí la silueta de Luka. El cuarto aún seguía obscuro a mis pupilas, que no se habían acostumbrado a la negrura pero podría identificar su voz, su pose y su sombra ne cualquier parte.

-Luka- Suspiró aliviado Cristian soltándose de mi agarre y corriendo hacia su marido para abrazarlo.

Yo seguí en shock. Hasta hace diez segundos estaba muerto.

-¿Pero qué coño…?- Exclamé. Hijo de puta… Empecé a asimilar. –Hijo d eputa…- Dije en voz alta acercándome a él.

-Lo siento.- Se disculpó. ¿Qué lo siente? Maldito cabrón.

-¡Fingiste tu maldita muerte!- Le dije al llegar hasta él.

-Nadie puede enterarse.

-Joder yo…- Estaba demasiado alterado, y enfadado y feliz y…-¡Maldito!- Le chillé estrellando mi puño contra su cara haciendo que se separase de Cristian y cayese al suelo con un ruido estrepitoso.

-¡Kai!- Me regañó Cristian.

-Lo siento.- Admití. –Pero te lo mereces. ¿Sabes el mal trago que me has hecho pasar? Joder tú maldito mal nacido…

Luka empezó a reírse.

-¡Deja de reírte!- Rió más fuerte. Llevó su mano hacia su cara dañada y la sobó. Mis ojos ya se acostumbraron a la oscuridad y pude ver la sangre en su boca provocada por mi puño.

-Melo merezco- Dijo aún desde el suelo levantando su mano en busca de ayuda. Suspiré y le alcé mi mano, tiré de él y lo abracé con fuerza.

-Menos mal no estás muerto.- Confesé con los ojos llorosos. Dios… Ni si quiera era capaz de asimilarlo.

-Menos mal no estoy loco.- Añadió Cris con una risotada.

–Pero… ¿Cómo?- Quise saber.

-La versión corta es que estaba planeado. Lo paleé con el consejo, y me ayudaron como último favor hacia mí no hacia mi clan por todo lo que hemos hecho por ellos. Ya no podía seguir involucrando a mi familia en esto. Ni a vosotros, ya no somos sólo nosotros y era la única forma de escapar del todo. Mientras yo viva, me buscarán y eso los llevará a vosotros. Con mi muerte, vosotros no importáis.

-¿Y era necesario que nadie supiese eso?

-primero necesitaba realismo, os han vigilado, de hecho seguramente nos están vigilando en estos momentos así que era bueno se viese la tristeza y segundo no es que tuviese tiempo de contaros el plan. Era cosa de actuar y punto.

-¿Y ahora qué?- Luka siempre tenía un plan.

-Nos mudamos, nos separamos y vivimos nuestras vidas por separado.

-¿Por separado?

-No estoy diciendo cada uno en un país. Pero sí deberíamos un tiempo considerar que cada uno esté en una ciudad. Aunque nos juntemos en puentes y verano.

-¿Y de qué vamos a vivir?

-Tranquilo… Ya me ocupé de eso. Todos los beneficios generados por la compañía que teníamos han sido divididos a las diferentes cuentas corrientes. Con diferentes apellidos. El consejo me ayudó confiscando ellos las cuentas. Lo que no sabe el clan y resto de empleados es que lo hicieron para dárnoslo. Cada uno de vosotros conservará su nombre, pero no su apellido. Ya tengo todos vuestros documentos y de los niños. Además estas casas han sido compradas por un buen dinero, igual por ellos. Tan solo con eso, tenemos para no tener que trabajar nunca más.

-Lo tenías todo planeado…- Suspiré aliviado.

-No iba a dejaros tirados.- Asentí y volví a abrazarlo. Puede que fuésemos a estar separados, pero ahora sabía seguro que todo saldría bien.

-Hay algo más.

-Dime.

-Tú eres Kai Tomoeda, casado legalmente con Rick Hernández y vuestro bebé en adopción os lo entregarán en tres meses con todo el papeleo hecho en el nuevo lugar de residencia que tengáis.

-¿Qué?- Dije emocionado.

-Sé la ilusión que te hacía y cambiando los nombres y la existencia ya no podríais seguir con el trámite de forma legal y oculta así que pedí ese último favor al consejo.

-Dios…-Me emocioné y las lágrimas se me saltaron. Iba ser padre, ahora de verdad lo iba a ser. Sonreí abiertamente, creo que era la vez que más feliz había estado en mi vida. –Gracias…- Fue lo único que pude decir de la emoción.

-Somos familia.- Respondió Luka. –Ahora, a ver si podemos avisar al resto. El consejo me espera ya que no podré ir con vosotros porque se supone que estoy muerto y eso. LA idea es que decidamos país y cada uno una ciudad para vivir. Yo iré a donde esté Cristian y os mandaré vuestras visas del país.

-Ok…

-¿Puedes ir a por el resto?

-Si…- Dije saliendo de mi ensoñación, me dirigí a la puerta y volví a sonreír. Con lo mal que acaban siempre éstas historias y lo bien que estaba acabando esta. Bueno… El final de una… Y el comienzo de otra.

 

 


Wiii Cris no está loco (Sabéis que no me gusta matar al personaje principal del amorrrrr) pero me gusta el drama jejeje

siento decir que éste es el último cap 😦

Sólo haré un epílogo y ya, habremos acabado con esta trilogía que llevo escribiendo desde hace ¿Cuántos años? Creo que 5 ya… ¡Dios! ¡Voy a llorar! sniff sniffff

seguramente haga especiales y cosas así porque no podré olvidarme de mis queridos personajes….

¿Lo bueno? que por lo menos seré más rápida con mis otras historias ya que tengo una menos.

En fin… Espero como siempre sus lindos comentarios.

LOS QUIERO.

LOVE LOVE.

 

YUMIYU.


3 respuestas a “CAPÍTULO 27. ESPECIAL KAI. NO PUEDO.

  1. 😭😂😭😂😭😂😭😂😭😂😭😂😭😂
    No se que hacer, si.reir o llorar. Dios!! Estoy tan.feliz porque Luka esté vivo. Casi me da un infarto cuando Kai pensó que Cris estaba loco y yo pensé lo mismo. Estoy feliz porque todos al.fin podran ser felices. 😁😁😁😁😁😁😁😁

    Y tengo tantas ganas de.llorar porque estas terminando la.historia..😭😭😭😭😭

    ¡GRACIAS YUMIYU POR TANTOS MOMENTOS!

    Me gusta

  2. Lo amoooo a tu hermosa historia joder me hiciste llorar a mares y mira el resultado Luka esta vivo 😭😍😍😍.. En final hermoso y espero pronto el epílogo..

    Me gusta

¿Quieres hacerme feliz? COMENTA PLEASE